Guía para animadores

El Programa, diseñado para niños y niñas del nivel parvulario y del primer ciclo de educación básica, está dirigido a educadores de esos ciclos, quienes cumplen el rol de “animador/facilitador” del desarrollo de las experiencias de aprendizaje que aquí se proponen.

Al animador o animadora le corresponde facilitar la comunicación e intercambio entre los niños en torno a las temáticas que se abordan y promover un ambiente de interacciones favorable para la expresión y participación. Esto significa crear niveles de confianza y seguridad para que puedan expresarse, compartir sus vivencias y sentimientos, interactuar en grupo, escucharse, demostrar empatía con lo que sienten sus compañeros y compañeras.

Más que impartir o exponer contenidos, lo que se espera es que el o la docente, oriente el trabajo de sus alumnos, regule y estimule la participación sin presionar, formule preguntas en forma oportuna y pertinente para facilitar la reflexión, acoja a los niños y niñas en sus sentimientos, se incorpore al grupo, aportando con su experiencia. Con sus actitudes –sin descalificaciones ni juicios- enseña lo que significa aceptar y respetar a los demás, condición para sentirse parte del grupo.

Es a través de la animación siempre atenta al movimiento permanente entre el niño y los otros niños, el individuo y el grupo, la unicidad y la diversidad, que los niños y niñas van internalizando el concepto de diversidad. En todo momento, el animador o animadora debe destacar y reflejar al grupo las diferencias en opiniones, juicios, sentimientos, apreciaciones que existen entre ellos. También en el momento del cierre, frente a la pregunta ¿Qué descubrimos al hacer esta actividad? debe llamar la atención sobre las diferencias que surgieron, recalcando que solamente son diferencias, pero que eso no hace a nadie “mejor o peor” persona. 1

 

Síntesis de habilidades y tareas del animador o animadora

 

Las habilidades en juego son:

  • Tener una escucha atenta
  • Empatizar con los sentimientos de los niños y niñas, sin que eso signifique “hacerse cargo de ellos”
  • Validar lo que sienten y opinan los niños y niñas sin emitir juicios ni calificar
  • Contenerlos en momentos de aflicción
  • Dar espacio a la diferencia
  • Fomentar la autovaloración y el aprecio de sí mismos

La tarea del animador o animadora considera:

  • Crear un ambiente en que cada niño y niña se sienta que es querido y aceptado
  • Preocuparse de que todos participen y se escuchen entre sí
  • Guiar el desarrollo de la actividad para lograr los aprendizajes esperados
  • Señalar las distracciones y conductas que perjudican la convivencia y el diálogo, transformándolas en situaciones de aprendizaje

 


1 “Cada niño es único”, con derecho a ser “otro”: Cada niño/a tiene necesidad -y derecho- de ser reconocido como único y aceptado en su diferencia. Tiene su propia historia, su forma de pensar, su ideología y su corporalidad. Una relación y contexto donde cada uno es reconocido como quien realmente es, sienta las bases para relaciones seguras y de afecto, donde se aprenden a reconocer los límites entre uno y el otro, y se favorece el desarrollo de autoestima e identidad personal. El desafío es construir aulas donde este principio pueda vivenciarse en la cotidianidad de la convivencia”.
http://valoras.uc.cl/images/centro-recursos/docentes/RolDocente/Fichas/Vinculo-pedagogico-positivo.pdf